Terapia de Regresiones Vidas Pasadas…Que pavada es esto…

La primera vez que escuché de la Terapia de Regresiones sinceramente pensé eso… 

que pavada es esto” 

Me aconsejaron leer un libro del tema para profundizar en las ventajas de esta práctica. Compré el libro, leí doce páginas y quedó en la biblioteca de casa por un período de casi diez años. En ese lapso de tiempo me acerqué a otras líneas terapéuticas, profundicé en mi desarrollo personal y seguramente, aunque sin saberlo me fui abriendo a escuchar cosas nuevas.

Un día una amiga vino a casa y me pidió que le prestara un libro, después de observar los muchos que tengo, porque de verdad son muchos, eligió justo ese, el que yo no había podido leer, por lo absurdo que me parecía, “Terapia de Vidas Pasadas”.

Tiempo después me lo devolvió diciendo que era fascinante, que quería hacer una regresión para poder experimentar todo aquello que el libro describía. Con cierta incredulidad, debo confesar, le di una nueva oportunidad y lo leí. 

De más está decir que entré en un encanto con el tema que aún hasta hoy conservo. Fue así que comencé la formación y también es oportuno decir que en alguna que otra clase, pensé que rozaba nuevamente la “pavada” al estar ahí, escuchando y tratando de darle un sentido lógico que no tenía a simple vista. 

Como psicóloga pensé que si todo este material que surgía en una sesión de regresión era producto del inconsciente, no sólo era válido sino que era más que interesante profundizarlo y trabajarlo en una sesión terapéutica, era algo así como el relato de un sueño. A lo largo del curso fui observando la técnica y al mismo tiempo observándome a mí misma, en la transformación de mi mirada hacia esa “pavada”.

Hoy algunos años después de esa mirada crítica y descalificante propia de mi ignorancia, me encuentro dando cursos de formación en Terapia de Regresiones, porque estoy totalmente convencida que nuestro aspecto espiritual es el que menos miramos, al que no le damos lugar desde nuestra mente, desde nuestra cómoda manera de ver de siempre. Y sin embargo es la indagación más amorosa y genuina que podemos hacer por nosotros mismos, un buceo a las profundidades de nuestro Ser.

Así que si hoy pensás que esto de las regresiones es una “pavada” creeme que te entiendo y te respeto profundamente. Date tiempo, los ojos del alma existen y tarde o temprano los vas a tener que abrir. 

Pero si todo esto que te conté te resuena, crees que podés indagar por estos lados y ayudar a otros a que lo hagan, dale! Es tu momento, ¡anímate! 

¿Qué podés perder? Muy poco

¿Qué podés ganar? Mucho, muchísimo!

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